Ahora sólo tiene que esperar un poco, sonreír y no mirar hacia el lado obscuro del bosque.
En sus pequeñas manos lleva una flor, grande y muy bella, se aferra a ella y la mira con frecuencia, interiormente siente paz al tocarla, la niña del vestidito amarillo sólo desea estar en casa.
Lo más importante es que ahora la niña del vestidito amarillo ya no siente
