con el rostro cargado de sombras; ojos miel
sin dulzuras.
Ausente del hoy, tan hastiada de la historia: nuestra
historia, exiliada de la posteridad, sin un punto de partida,
arrastrándome exánime en círculos.
Clamando agua de olvido.
Sedienta de amnesia.
¿ Yo ?
Entera, sí y de pie, pero seca.
¿ Tú ?
MUERTO.
Gracias a Dios muerto
